FEDERICO BLANCO CATACORA


 Mi nombre es Federico Blanco Catacora , y nací en Oruro , un 18 de julio de 1926 . Desde muy joven sentí una fascinación por las lenguas , por los sonidos que daban forma al pensamiento. En mi país, se hablan muchas lenguas —originarias, coloniales, universales— y yo quise entenderlas todas, no solo para hablar, sino para comprender .

Me formé en la Escuela Normal “Simón Bolívar” , donde también fui luego docente , y desde allí cultivé una vocación filosófica autodidacta . No era tanto la academia lo que me guiaba, sino la inquietud por los grandes dilemas del ser humano, la verdad, el lenguaje, el tiempo, el alma. Esos libros antiguos, esas voces en griego, en latín, en alemán, me acompañaron siempre.

Gracias a mi dominio del idioma alemán , obtuve una beca de la Fundación Von Humboldt . Viajé a Alemania a continuar mis estudios de posgrado, donde confirmé que la filosofía no tiene fronteras , pero sí raíces. Estudiar en otra lengua es descubrir que el pensamiento también cambia de forma y de ritmo, y que hay palabras que no se traducen, solo se viven.

De regreso a Bolivia, dediqué mi vida a la enseñanza. Fui profesor de filosofía en la Universidad Mayor de San Andrés , y compartí mi amor por los clásicos, por las preguntas sin respuesta inmediata, con generaciones de estudiantes. Dominaba griego, latín, alemán, inglés, francés y español , pero lo más importante era enseñar que el verdadero lenguaje es el del pensamiento profundo.

Falleció el 22 de febrero de 1992 , pero mi legado está en cada estudiante que se atrevió a pensar con profundidad, sin miedo a no encontrar respuestas rápidas. Ser filósofo no es tener respuestas, sino cuidar las preguntas .


Romiari reta/ Parlasiñani/ Parlakuy

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