Me llamo Ignacia Zeballos Taborga. Nací
un 27 de junio de 1831 en La Enconada, hoy conocida como el municipio de
Warnes, en el departamento de Santa Cruz. Fui hija de Pedro Zeballos y Antonia
Taborga, y crecí entre la humildad y la fuerza de una familia que conocía el
valor del trabajo y la dignidad.
La vida me enseñó temprano lo que significan
la pérdida y la resiliencia. Me casé dos veces, y dos veces quedé viuda. Luego
del fallecimiento de mi segundo esposo, partí a La Paz, donde trabajé como
costurera, cosiendo no solo telas, sino también los retazos de una vida marcada
por el coraje.
En 1876, participé del levantamiento
contra el presidente Tomás Frías. No tuvimos éxito, y regresé a Santa Cruz con
la conciencia despierta. Años después, al enterarme del llamado urgente del
Ministerio de Gobierno para defender a nuestra patria ante la invasión chilena,
no dudé. Aunque la orden eximía a los orientales, monté a caballo y me uní al
Escuadrón Velasco, rumbo a La Paz. Me vestí con el uniforme de mi esposo
difunto, el Teniente Blanco, y me enlisté con el Batallón Colorados. Partimos
hacia Tacna.
Fui enfermera de la Cruz Roja, lo que
entonces llamábamos Ambulancia. En las batallas de Ite y Moquegua, y luego en
la terrible jornada del Alto de la Alianza, curé heridas y cargué a niños,
rifles, esperanza… Llevé agua, carne y pan. Pero también llevé mi corazón, que
lloró sangre al ver a las Rabonas buscando a sus seres queridos entre los
muertos. No había mayor heroísmo que el de aquellas mujeres.
Después de la guerra, me otorgaron el
título de Coronela de Sanidad y una pensión. Viví mis últimos años en La Paz,
donde fallecí en 1904. Mi descanso eterno fue honrado con honores militares, y
mis restos hoy reposan en mi tierra natal, a los pies de un monumento que no
lleva solo mi nombre, sino el de todas las mujeres que no tuvieron miedo de
caminar junto a los soldados, ni de cargar sobre sus espaldas la dignidad de
Bolivia.
Romiari reta/ Parlasiñani/ Parlakuy
Ignacia nos recuerda que el valor y la lucha por Bolivia también fueron de las mujeres, quienes aportaron con coraje, cuidado y sacrificio en momentos decisivos de nuestra historia.
ReplyDeleteBuena información.
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