NILDA CASTRILLO COLODRO DE VARAS


 ¡Oh, Tarija, mi tierra amada, cuna de mis sueños y mis letras! Aquí vine al mundo un tres de agosto de 1928, Nilda Castrillo Colodro de Varas, para servir a la infancia y a la poesía hasta el último de mis días.

Mi corazón siempre latió al ritmo de las rondas infantiles y las melodías suaves. Estudié con esmero en el Colegio “Santa Ana” y el “San Luis”, mientras la música ya tejía sus hilos en mi alma en la Escuela Nacional. Al graduarme de bachiller, mi vocación me guio a la Escuela Normal “Mariscal Sucre”, donde me formé como maestra parvularia, un camino que enriquecí con un curso en el Instituto Interamericano de Música de Santiago de Chile.

Durante mi vida profesional, la enseñanza fue mi faro. Fundé y dirigí con amor varios nidos de alegría, los jardines de niños de Tarija, mi ciudad natal. Sembré las primeras letras y las notas musicales en incontables corazoncitos.

Pero mi espíritu inquieto también buscó plasmar mundos en papel. De mi pluma nacieron historias como "El tren del alba", "El joyero", "El cumpleaños de Pichoncito", "El renacuajo de luz", "La leyenda del volador", y la entrañable "Don Cristóbal héroe de las rosas o los duendes del río". Mi "Colección Nadir" nos regaló "La estrella de la abuela" y "El niño de la Navidad o el rey del mundo". También les ofrecí "El cuento de nunca acabar", "El bosque azul de la vieja iguana", "La lampalagua escarmentada", "La rosa de los vientos", y las reflexiones de "El bosque mudo y el sauce redivivo" y "El bosque de la felicidad". Con una sonrisa escribí "¿De cómo el ciempiés se quedó sin medias y sin zapatos?" y les mostré "El joyero del arcoíris" y "El cuento del pollito calacunqui". Mis personajes traviesos, "El sapirolo y Cascabella", cobraron vida, al igual que el romántico gallo "Waldomar". Mi corazón se enterneció al escribir "Abuelita" y al evocar la simpleza de "Mazorca". Mis palabras también encontraron hogar en revistas, periódicos y antologías, esparciendo semillas de imaginación por doquier.

Me uní a las voces de "Poetas del Mundo", a la "Unión de Escritores y Artistas de Tarija", a la asociación "Siembra", al "PEN Club Internacional", al "Círculo de Artistas y Escritores de Tarija", a la "Asociación de Maestras Década de Oro", y a la "Federación de Maestros". Fui delegada de Tarija en la directiva nacional de SODESBO y creadora de la entrañable "Asociación del Adulto Mayor de Cultura y Servicio Guadalquivir". Supervisé la Educación Prebásica con la dedicación de una madre.

Presidí con orgullo el Comité de Literatura Infantil-Juvenil de Tarija durante décadas y organicé con ilusión el Segundo Seminario-Taller Nacional de Literatura Infantil y Juvenil en mi querido San Lorenzo.

Fundé y dirigí con amor los jardines de niños "Emma de Briancon" y "15 de Abril", y fui fundadora y subdirectora del "Elva de Dumn", además de fundar y dirigir la escuela "Litoral". También nacieron de mi visión los jardines "La Tablada" y "Juan XXIII".

Dirigí el "Taller de Lectura Martín Arenales", en homenaje al quirquincho creado por Hugo Molina Viaña, colaborando con el suplemento infantil "Pata i perro" del diario Ahora, del cual fui directora.

La música siempre fue mi compañera. Formé un coro estable de profesores y reviví las voces del coro de la Universidad "Juan Misael Saracho". Como Supervisora de Música, mi sueño floreció en la Orquesta de Cámara Juvenil "Tarija", y más tarde dirigí con pasión el Coro "Ernesto Lafaye".

Busqué incansablemente aprender y compartir, asistiendo a congresos, seminarios y talleres sobre educación y literatura infantil y juvenil.

En 2015, mi querida "Unión de Escritores y Artistas de Tarija" me brindó un homenaje inolvidable dedicando a mi nombre su "VIII Encuentro Internacional de Escritores". Fui honrada como "Embajadora Universal de la Cultura" con el aval de la UNESCO, recibiendo "La gran medalla de oro Castillo azul". Innumerables instituciones me otorgaron su reconocimiento.

Mi dedicación a los valores familiares me valió los títulos de "Madre del Año" por el Rotary Club y "Señora Bolivia" por mis servicios a la educación y la comunidad.

La vida me llevó por senderos inesperados. Tras una operación, cuando la esperanza florecía, mi camino terrenal llegó a su fin el 23 de junio de 2021. Pero mi voz, mis cuentos, mis poemas, las melodías que inspiré, permanecen en el corazón de los niños y en el alma de mi amada Tarija. ¡Que mis palabras sigan sembrando sueños y alegría!

¿Charlamos un rato?

Romiari reta/ Parlasiñani/ Parlakuy

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