Uno de los capítulos más singulares de
mi labor como escritor fue mi cercanía, a través de mis crónicas, a la figura
del controvertido presidente Mariano Melgarejo. Su paso por la historia de
Bolivia fue, sin duda, un período de anécdotas memorables, algunas pintorescas,
otras… bueno, digamos que dignas de ser contadas.
Mi inquietud por desentrañar nuestro
pasado y plasmarlo en letras me llevó a escribir diversas obras. Ensayé la
ficción con “Juan Sánchez”, exploré las complejas relaciones políticas en
“Rozas, Francia y Melgarejo”, y me adentré en la defensa de nuestra integridad
territorial con “Documentos que justifican el derecho de Bolivia sobre el
territorio de Tarija”. También me dediqué a trazar los perfiles de nuestros
líderes en “Los Presidentes de Bolivia”, entre otras muchas publicaciones. Mi
producción literaria alcanzó una cuarentena de títulos entre libros y folletos,
un legado que espero haya contribuido a preservar la memoria de mi patria.
Finalmente, mi vida se apagó en mi querida Tarija, un nueve de diciembre de 1932. Partí dejando tras de mí las páginas escritas, un testimonio de mi paso por este mundo y de mi amor por Bolivia.
Romiari reta/ Parlasiñani/ Parlakuy
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